Los países en los que se han prohibido los casinos terrestres están tomando medidas enérgicas contra los juegos de azar en línea. La lucha no consiste sólo en bloquear sitios web (lo cual es absolutamente inútil), sino también en detener las transacciones a través de los bancos y los sistemas de pago habituales. En otras palabras, los jugadores pierden la oportunidad de retirar fondos y los casinos pierden la entrada de dinero para las apuestas.
Las restricciones ya han afectado a cientos de usuarios y sitios, incluso a los registrados en el extranjero. El atractivo de la criptomoneda descentralizada facilita la superación de este obstáculo. Los casinos que aceptan bitcoins no temen sanciones legales, a diferencia de los establecimientos de juego que utilizan dinero real.
Al ofrecer la posibilidad de pagar con criptomonedas, el propietario del sitio demuestra flexibilidad y un compromiso con las nuevas tendencias financieras, cuidando la comodidad de la experiencia de juego y la seguridad del dinero de los clientes. El casino asegura el máximo alcance a su público objetivo debido a que los usuarios no querrían pagar comisiones por cambiar bitcoins por dinero real para posteriores apuestas. Todo esto ayudará a aumentar el nivel de popularidad entre los clientes y la tasa de conversión general del sitio de juegos.